DESARROLLO
RURAL EN EL POS-CONFLICTO
Introducción:
El problema del territorio en Colombia se sintetiza en una expresión: hay una disputa
por la tierra. Esta ya no es la clásica disputa entre campesinos y
terratenientes que se vivía en los años 60 o 70; ahora involucra una
multiplicidad de actores cuyos intereses y conflictos se han dado por las
siguientes razones: 1) la tierra es un activo y un factor productivo muy
importante en contextos como el colombiano, donde la ruralidad aún pesa; 2) es
un medio de vida, expresa una cultura y es la base del desarrollo de las
comunidades; 3) aún tiene un papel rentístico y especulativo importante, pero
no es un bien de inversión; 4) la tierra ha sido utilizada como un instrumento
de guerra a través del establecimiento de corredores estratégicos de tráfico de
armas o de drogas, empleados por grupos armados ilegales ; 5) la tierra
facilita el lavado de activos debido a que en el sector rural no hay tanto
control como en el sector urbano, convirtiéndose en un bien atractivo para los
narcotraficantes; 6) en Colombia la tierra sigue siendo un factor de poder político
que se ejerce a través de la violencia; 7) su propiedad facilita la explotación
de los recursos del subsuelo; 8) es un medio para controlar el agua y los
recursos estratégicos de la biodiversidad; 9) es un instrumento para controlar
el territorio y la soberanía y 10) la tierra es un elemento determinante para
la seguridad alimentaria.
Análisis:
Como se menciono
anteriormente Colombia posee un número importante de problemas en cuanto al
territorio rural además ha asistido a un proceso de desinstitucionalizacion en
el sector agropecuario, traducido en un abandono y descuido notable sobre el desarrollo
rural, este abandono se ve reflejado en la falta de inversión y apoyo por parte
del Estado al sector productivo rural. Este abandono ha tenido un peso enorme en la situación
actual: un estado precario en el sector rural que ha sido desbordado por la
problemática rural y la acción de actores armados en la ilegalidad. Esta
desinstitucionalizacion es uno de los fenómenos más graves en la problemática
rural, pues se ha presentado tanto en el sector público como en la sociedad
civil. Los grupos armados que operan en la ilegalidad han desestructurado a las
comunidades y sus organizaciones, han destruido capital social y han hecho
perder la confianza en las instituciones públicas y en su capacidad de
responder a las demandas de los pobladores, además de generar un desequilibrio
en el sector rural debido a los múltiples desplazamientos que estos grupos han
generado a lo largo del último siglo. Al lado, los gremios empresariales se han
fortalecido, entre otras razones por los beneficios arbitrarios que el estado
ha otorgado al desarrollo empresarial moderno de la agricultura y los incentivos
de la inversión extranjera, donde esta inversión se ha hecho a ciertos sectores
que no la necesitan generando un abandono a los sectores que en verdad lo
necesitan que por lo general tienden a ser corporaciones u organizaciones que hacen parte
del sector rural lo cual ha generado que gran mayoría de los pequeños
productores abandonen el sector rural lo cual tiene un gran problema a nivel
nacional debido a la disminución de ciertos productos además de aumentar el
porcentaje de desempleo en el país.
El desafío es triple:
recuperar y reestructurar lo bueno que se destruyo durante el conflicto,
replantear el campo institucional para el desarrollo rural en el proceso de
transición del conflicto al pos conflicto y repensar la institucionalidad para
una ruralidad globalizada que debe encarar el desafío de mantenerse conservando
las identidades existentes y las que puedan construirse socialmente en medio de
la diversidad y la unidad social. El país no tiene una reflexión sistemática
sobre el tipo de institucionalidad que requiere para una ruralidad con
modernidad que opere en el marco de la democracia y la estabilización de las
sociedades rurales, su empoderamiento y el combate a la ilegalidad. Algunas recomendaciones para una propuesta de
nueva institucionalidad y que no genere un abandono al sector rural puede ser
en primer lugar fortalecer y desarrollar las capacidades de las secretarias de
agricultura para que trabajen más por los territorios con base en criterios
homogéneos respecto al concepto de territorio en base a esto se debe tener en
cuenta la información de la calidad, ya sea en la producción y en los mercados
y como prioridad en los procesos sociales rurales dando a conocer las
limitaciones y potencialidades de las organizaciones sociales de las
estructuras agrarias existentes por lo tanto la información es un instrumento
esencial para la transformación de la institucionalidad rural, asi mismo es
fundamental fortalecer el diseño de políticas públicas enfocadas al mayor
conocimiento de la realidad y sus procesos, como otra recomendación se debe
realizar una modernización productiva es decir la implementación de asistencias
técnicas a nivel general, desarrollo de mercados, apoyos y subsidios, para
mejorar la eficiencia de los productores y de tal manera que el sector rural
colombiano se vuelva competitivo frente a los sectores de otros países. Como última
recomendación es la creación de instituciones y mecanismos capaces de enfrentar
los riesgos que tiene el sector rural frente a los cambios climáticos que
últimamente se presentan.
En medio de la culminación
de una agenda de paz, nos encontramos en un momento crucial para Colombia en el
que el pos conflicto es una gran oportunidad para construir una nueva
arquitectura del desarrollo rural.
Los retos no se hacen
esperar y se deben asumir estrategias integrales que incluyan el mejoramiento
de la productividad y competitividad y, por consiguiente, la generación de
capital, derivada de las actividades agropecuarias. Igualmente es un desafío la
inclusión activa de todos los actores rurales como parte esencial del engranaje
económico del país y como un factor
clave para la superación de la pobreza y la inequidad en que viven millones de
pobladores en zonas rurales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario